Platos muy bien presentados con productos de primera. Tienen pan de campo y quesos y fiambres riquísimos. Atención muy esmerada y con la mejor onda por parte de Soledad. Le pedimos mil cosas, no se equivocó en nada y siempre con una sonrisa Tanto ella como el dueño se acercaron varias veces a la mesa para ver que todo estuviera bien. El lugar es hermoso, con juegos para chicos a la vista y sin conflictos para estacionar. Fuimos cuatro adultos y dos nenas y quedamos muy satisfechos. Volveremos pronto para disfrutar de otras exquisiteces de la carta. Muy recomendable para visitar un día de sol!